Los 10 mejores museos para niños en Suiza

Con sus didácticas exposiciones interactivas, el Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja conmemora la importante labor humanitaria realizada por la organización en todo el mundo desde hace más de 150 años. Ubicado frente al palacio de las Naciones Unidas, cerca del Jardín Botánico de Ginebra, su visita es una excelente oportunidad para que los niños tomen conciencia de otras realidades y aprendan sobre la importancia de brindar ayuda a aquellos que más lo necesitan.

A través de tres niveles y con ayuda de multitud de objetos, paneles y elementos interactivos, el Museo Olímpico de Lausana, ubicado junto al lago Lemán, hace un completo repaso de los orígenes de los Juegos, los valores olímpicos y la evolución de los distintos deportes. Cuenta además con una zona con juegos interactivos pensada especialmente para los niños así como una sala para exposiciones temporales de acceso gratuito. La entrada al jardín que rodea el museo es también de acceso libre e, independientemente a la visita al museo, merece la pena recorrerlo para descubrir sus curiosas esculturas de temática deportiva.

Situado bajo una cúpula de cristal en el centro de Zermatt, el pequeño museo del Matterhorn (Zermatlantis) nos sumerge en una sala subterránea en la que, como si fuésemos arqueólogos, podremos aprender cómo era antiguamente la vida en los Alpes y descubrir parte de la historia del alpinismo; desde el equipamiento de los primeros montañeros hasta la cuerda que se rompió provocando la muerte de varios miembros de la cordada que por primera vez coronó el Matterhorn. El museo se visita rápido y es un interesante complemento a una día en la montaña.

Aunque nunca hayas oído hablar de la obra de Jean Tinguely, uno de los artistas suizos más originales y destacados del s.XX, no deberías dejar de visitar su museo en Basilea. Construido por el reputado arquitecto Mario Botta junto a la orilla del Rin, el propio edificio del museo es una obra de arte. En su interior descubriremos una colección de arte cinético (esculturas móviles) absolutamente fascinante que dejará con la boca abierta a más de uno.

Este interesantísimo museo en Berna explora la comunicación humana, desde sus orígenes con el hombre prehistórico hasta las actuales redes sociales y teléfonos inteligentes. Todo ello con ayuda de exposiciones interactivas que fomentan un aprendizaje lúdico. Recomendable y muy divertido.

Inserto en una amplia zona boscosa junto a las llanuras aluviales próximas a la desembocadura del río Aare en el lago de Brienz, el enorme museo al aire libre de Ballenberg es una actividad perfecta para realizar en familia. Diseminadas en un extenso terreno natural, este original museo cuenta con la reconstrucción de más de cien casas tradicionales de todas las regiones de Suiza. En el interior de las diferentes construcciones podremos descubrir la vida ancestral y las costumbres del país gracias a multitud de detalles y demostraciones en vivo de antiguos oficios. También encontraremos muchos animales de granja en los establos y en los corrales que harán las delicias de los más pequeños.

Si hay un museo que no deberías perderte si viajas en familia a Suiza, ese es sin lugar a dudas el Museo Suizo del Transporte (Verkehrshaus). Situado al este de Lucerna este enorme complejo museístico es un auténtico paraíso. Separado en sectores dedicados a los diferentes medios de transporte: trenes, funiculares, naves espaciales, bicicletas, automóviles, barcos, aviones… el museo expone todo tipo de vehículos intercalados con multitud de espacios interactivos, simuladores, talleres y zonas de juegos en las que la diversión está garantizada. El amplio espacio exterior, donde los niños pueden coger gratuitamente patinetes y otro tipo de transportes para moverse libremente por él, cuenta además con varias áreas de juegos, todas ellas relacionadas con los transportes.

Fundado en 1817, la visita al museo de vidrio soplado de Hergiswill es toda una sorpresa. Ubicado junto al lago de los Cuatro Cantones, a medio camino entre Lucerna y Alpnach, el museo ofrece varias opciones al visitante entre las que se incluye un pequeño recorrido multimedia en el que se explica la historia del vidrio o un divertidísimo laberinto de cristal (entrada aparte). Además, y de forma gratuita, también se puede observar el trabajo de los sopladores de vidrio o visitar una exposición interactiva repleta de elementos realizados con vidrio, entre los que se incluyen instrumentos musicales. Por si todo esto fuese poco, junto a la fábrica y a orillas del lago, encontraremos unas originales instalaciones que permiten jugar con el agua y un magnífico parque infantil con un gran arenero y una pista de canicas gigantes.

Conformado por la singular unión entre un histórico edificio y una escultórica ampliación, el Museo Nacional Suizo (Landesmuseum), ubicado junto a la estación principal de ferrocarril de Zúrich, ofrece a través de su extensa colección de objetos un didáctico recorrido por la historia del país. Una excelente manera para comprender de una forma amena cómo ha evolucionado Suiza desde sus orígenes hasta la actualidad. El museo cuenta con varias salas especialmente dirigidas a los niños en las que a través de elementos interactivos y acertijos podrán realizar un viaje en el tiempo. Una visita especialmente útil como introducción a un viaje por el país.

Tocar, jugar y experimentar. Este es el lema que rige el museo de ciencia más grande de Suiza, situado en Winterthur, y uno de los más importantes de Europa. Con innumerables estaciones interactivas, Technorama es toda una experiencia para los sentidos en la que perfectamente se puede pasar toda una jornada completa. El museo cuenta con innumerables demostraciones y experimentos prácticos con los que podremos comprender los secretos de la ciencia o el funcionamiento de los fenómenos naturales. En las sorprendentes y divertidísimas exhibiciones de su jardín (abierto de abril a octubre), con multitud de demostraciones con agua, los niños disfrutarán especialmente.